El procedimiento de los bloqueos nerviosos periféricos es una de las opciones más innovadoras en manejo del dolor. Permite ofrecer a los pacientes una alternativa efectiva para el control del dolor agudo y crónico, minimizando la necesidad de analgésicos sistémicos y sus posibles efectos secundarios. Además, facilita la realización de cirugías en áreas específicas del cuerpo con menor riesgo y una recuperación postoperatoria más confortable. Sin embargo, antes de optar por este procedimiento, es ideal adquirir un mejor entendimiento acerca de las técnicas, indicaciones, contraindicaciones y posibles complicaciones de los bloqueos nerviosos periféricos, para garantizar la seguridad del paciente y optimizar los resultados clínicos.

¿Qué se conoce como Bloqueos Nerviosos Periféricos?

Los bloqueos nerviosos periféricos son una técnica esencial en el manejo del dolor que consiste en la inyección de anestésicos locales cerca de nervios o grupos de nervios específicos fuera del sistema nervioso central (cerebro y médula espinal). El objetivo es bloquear la transmisión de las señales de dolor desde una región particular del cuerpo hacia el cerebro, proporcionando alivio del dolor, anestesia para cirugías o ambos.

Según Hadzic et al. (2021), en su obra Hadzic’s Peripheral Nerve Blocks and Anatomy for Ultrasound-Guided Regional Anesthesia (3ª Edición), los BNP son una técnica fundamental en la anestesia regional que permite un control del dolor selectivo y la realización de cirugías con menor necesidad de anestesia general y sus riesgos asociados.

¿Cómo se ejecuta este procedimiento?

El procedimiento de los Bloqueos Nerviosos Periféricos, generalmente sigue los siguientes pasos:

  • Preparación del paciente. Se explica el procedimiento al paciente, se obtiene su consentimiento. También se monitorizan sus signos vitales.
  • Localización del nervio. El médico utiliza técnicas de guía como la ecografía o la neuroestimulación para identificar la ubicación precisa del nervio o plexo nervioso que se va a bloquear. La ecografía permite visualizar las estructuras nerviosas y la aguja en tiempo real, mientras que la neuroestimulación utiliza una corriente eléctrica baja para evocar una respuesta muscular en el área inervada por el nervio objetivo, confirmando su localización.
  • Anestesia local de la piel. Se inyecta una pequeña cantidad de anestésico local en la piel en el sitio de la punción para minimizar la molestia.
  • Inserción de la aguja. Bajo guía ecográfica o neuroestimulación, se avanza una aguja delgada cerca del nervio objetivo.
  • Inyección del anestésico local. Una vez que la aguja está en la posición correcta, se inyecta el anestésico local alrededor del nervio. Esto bloquea temporalmente la función del nervio, interrumpiendo la transmisión de las señales de dolor.
  • Evaluación del bloqueo. Se evalúa la efectividad del bloqueo comprobando la pérdida de sensibilidad o la debilidad motora en la región inervada por el nervio bloqueado.
  • Cuidados Post-Procedimiento. Se monitorizan los signos vitales del paciente y se documenta el procedimiento, incluyendo la técnica utilizada, el tipo y la dosis de anestésico local, cualquier complicación y la evaluación del bloqueo. Se proporcionan instrucciones al paciente sobre qué esperar y cómo informar cualquier síntoma inusual.

Beneficios de los Bloqueos Nerviosos Periféricos

Los Bloqueos Nerviosos Periféricos (BNP) ofrecen una amplia gama de beneficios significativos en el manejo del dolor agudo y crónico, así como en la anestesia para procedimientos quirúrgicos, que incluyen:

  • Excelente alivio del dolor. De acuerdo con Mulroy (2017), este procedimiento proporcionan un alivio del dolor específico y a menudo más efectivo en comparación con los analgésicos sistémicos.
  • Reducción de la necesidad de analgésicos sistémicos. Pueden disminuir la necesidad de opioides y otros medicamentos para el dolor, lo que a su vez reduce sus posibles efectos secundarios como náuseas, vómitos, somnolencia y estreñimiento.
  • Mejora de la recuperación postoperatoria. Al controlar el dolor de manera efectiva, facilitan la movilización temprana, la rehabilitación y una estancia hospitalaria más corta.
  • Anestesia para cirugía. Pueden utilizarse como única técnica anestésica para ciertas cirugías en extremidades, evitando los riesgos asociados con la anestesia general.
  • Diagnóstico del dolor. Los bloqueos nerviosos también pueden utilizarse para ayudar a identificar la fuente específica del dolor.

Contraindicaciones y riesgos

Aunque los Bloqueos Nerviosos Periféricos (BNP) son generalmente seguros y efectivos, al igual que en cualquier procedimiento médico, existen ciertas contraindicaciones y riesgos asociados a su realización. Es fundamental que los profesionales de la salud estén familiarizados con ellos para ser explicados a detalle, tanto al paciente, como a sus familiares, y garantizar la seguridad del paciente.

Contraindicaciones

  • Infección en el sitio de la punción. Aumenta el riesgo de diseminación de la infección.
  • Coagulopatía o tratamiento anticoagulante. Aumenta el riesgo de sangrado y formación de hematomas. Sin embargo, existen guías específicas sobre el manejo de la anticoagulación en relación con los bloqueos nerviosos.
  • Alergia al anestésico local. Aunque rara, es una contraindicación absoluta.
  • Negativa del paciente. Es fundamental el consentimiento informado y la colaboración del paciente.
  • Neuropatía preexistente severa. En algunos casos, puede haber preocupación por exacerbar la condición o dificultar la evaluación neurológica post-bloqueo.

Riesgos

  • Daño nervioso. Es un riesgo raro, pero potencial, que puede ser transitorio o, muy raramente, permanente. El uso de la guía ecográfica y la técnica cuidadosa ayudan a minimizar este riesgo.
  • Infección. Se minimiza con técnicas asépticas estrictas.
  • Sangrado y hematoma. Más probable en pacientes con trastornos de la coagulación o bajo tratamiento anticoagulante.
  • Toxicidad sistémica del anestésico local (TSAL). Ocurre si una cantidad excesiva de anestésico local se absorbe en el torrente sanguíneo. Los síntomas pueden variar desde mareos y sabor metálico hasta convulsiones y problemas cardíacos. La monitorización cuidadosa y el uso de dosis apropiadas ayudan a prevenir la TSAL.
  • Reacciones alérgicas. Raras, pero pueden ocurrir.
  • Bloqueo incompleto o fallido. El bloqueo puede no proporcionar el alivio del dolor o la anestesia deseados, requiriendo estrategias alternativas.
  • Efectos secundarios temporales. Pueden incluir debilidad muscular, entumecimiento o sensación de hormigueo en el área bloqueada, que generalmente desaparecen a medida que el efecto del anestésico local disminuye.
  • Punción vascular accidental. Puede ocurrir, pero generalmente se maneja sin consecuencias graves.

Este es un procedimiento que ha arrojado excelentes resultados, sin embargo, los bloqueos nerviosos periféricos deben ser realizados por profesionales de la salud con la formación y experiencia adecuadas para minimizar los riesgos y maximizar los beneficios para el paciente.

 

Fuentes:

  • Hadzic, A., Lopez, A., Balocco, A. L., & Vandepitte, C. (2021). Hadzic’s Peripheral Nerve Blocks and Anatomy for Ultrasound-Guided Regional Anesthesia (3ª ed.). McGraw Hill.
  • Mulroy, M. F. (2017). Peripheral Regional Anesthesia. In D. E. Longnecker, F. W. Cheney, M. F. Mulroy, & G. R. Fink (Eds.), Smith and Aitkenhead’s Textbook of Anaesthesia (6th ed., pp. 1305-1332). Elsevier.