Las cicatrices, marcas permanentes en la piel que resultan de la reparación natural del cuerpo tras una lesión, pueden ser una fuente de preocupación estética y, en ocasiones, de malestar físico. Desde cortes menores hasta quemaduras extensas o incisiones quirúrgicas, la forma en que una cicatriz se cura puede variar enormemente, afectando la textura, el color y la elasticidad de la piel. A lo largo de la historia, la búsqueda de tratamientos efectivos para minimizar la apariencia de las cicatrices ha sido constante, y en las últimas décadas, la laserterapia ha emergido como una opción prometedora y científicamente respaldada.
¿Qué es la laserterapia?
La laserterapia, también conocida como terapia con láser o fototerapia con láser, es un procedimiento médico que utiliza haces de luz concentrada para tratar diversas afecciones de la piel, incluyendo las cicatrices. La palabra láser es un acrónimo de Light Amplification by Stimulated Emission of Radiation (Amplificación de Luz por Emisión Estimulada de Radiación). A diferencia de otras fuentes de luz, los láseres producen una luz monocromática (de una sola longitud de onda), coherente (las ondas de luz viajan en fase) y colimada (el haz de luz es paralelo y no se dispersa). Estas propiedades permiten que la energía del láser se dirija con gran precisión a un objetivo específico en la piel, minimizando el daño a los tejidos circundantes.
Existen diferentes tipos de láseres utilizados en dermatología, cada uno con longitudes de onda y modos de operación específicos que los hacen adecuados para tratar distintas características de las cicatrices. Entre los más comunes, se pueden mencionar, láseres ablativos (CO2y Er:YAG), láseres no ablativos (Nd:YAG, diodo), láseres de colorante pulsado (PDL) y, láseres fraccionados (ablativos y no ablativos).
Cómo la laserterapia mejora la apariencia de las cicatrices
La capacidad de la laserterapia para mejorar la apariencia de las cicatrices radica en su acción sobre los componentes clave del tejido cicatricial y los procesos de curación. Los mecanismos principales incluyen.
- Remodelación del colágeno. Las cicatrices a menudo se caracterizan por una disposición desorganizada y excesiva de las fibras de colágeno. Los láseres, especialmente los ablativos y fraccionados, inducen una lesión térmica controlada que estimula la producción de nuevo colágeno, más organizado y similar al colágeno de la piel normal.
 - Reducción de la vascularización y la rojedad. Las cicatrices nuevas o hipertróficas suelen presentar un color rojo o púrpura debido a una mayor vascularización. Los láseres de colorante pulsado son altamente efectivos en la coagulación selectiva de estos vasos sanguíneos, reduciendo significativamente la rojez y la prominencia de la cicatriz.
 - Mejora de la textura y suavidad. Al remodelar el colágeno y promover la regeneración de la piel, la laserterapia puede suavizar las irregularidades de la superficie de la cicatriz, haciéndola menos perceptible al tacto y a la vista.
 - Disminución del picor y el dolor. Algunas cicatrices, especialmente las hipertróficas y queloides, pueden ser pruriginosas (picar) o dolorosas. Se ha observado que la laserterapia, al modular los nervios y reducir la inflamación, puede aliviar estos síntomas asociados, mejorando la calidad de vida del paciente.
 
Beneficios de este tratamiento
Los beneficios de la laserterapia para el tratamiento de cicatrices son numerosos y, la han posicionado como una opción preferente para muchos pacientes.
- Mejora estética significativa. Es el beneficio más evidente. La laserterapia puede suavizar, aplanar y difuminar las cicatrices, haciéndolas mucho menos visibles.
 - Tratamiento de diversos tipos de cicatrices. Es versátil y puede utilizarse en una amplia gama de cicatrices, incluyendo las cicatrices de acné, cicatrices quirúrgicas, cicatrices traumáticas, cicatrices hipertróficas, cicatrices queloides (aunque estas últimas requieren un enfoque más multimodal) y cicatrices de quemaduras.
 - Precisión y control. Permite un tratamiento altamente focalizado en el tejido cicatricial, minimizando el daño a la piel circundante.
 - Resultados duraderos. Los cambios inducidos en la estructura del colágeno son permanentes, aunque el proceso de maduración de la cicatriz continúa con el tiempo.
 - Mínimamente invasivo. Los láseres no ablativos y fraccionados ofrecen la ventaja de un tiempo de recuperación más corto en comparación con los procedimientos quirúrgicos.
 - Alivio de síntomas. Además de la mejora estética, puede reducir el picor, el dolor y la tirantez asociados con ciertas cicatrices.
 
Posibles riesgos asociados al tratamiento
Si bien segura, la laserterapia conlleva algunos riesgos que deben ser discutidos con el paciente antes del tratamiento.
- Dolor. El procedimiento puede ser doloroso, aunque se utilizan anestésicos tópicos o locales para minimizar las molestias.
 - Enrojecimiento e hinchazón. Son efectos secundarios comunes y temporales que pueden durar desde unos pocos días hasta varias semanas, dependiendo del tipo de láser y la intensidad del tratamiento.
 - Formación de costras. Especialmente con láseres ablativos y fraccionados ablativos, se formarán costras que se desprenderán en el transcurso de una semana o dos.
 - Cambios pigmentarios. 
- Hiperpigmentación postinflamatoria (PIH). Es el riesgo más común, especialmente en pieles más oscuras. La piel tratada puede oscurecerse temporalmente, y en raras ocasiones, de forma permanente.
 - Hipopigmentación. Menos común, pero la piel puede volverse más clara de forma permanente en el área tratada.
 
 - Infección. Aunque raro, el riesgo de infección bacteriana, viral o fúngica existe, especialmente con láseres ablativos que crean una herida abierta.
 - Cicatrización anormal. En casos muy raros, el tratamiento con láser puede llevar a un empeoramiento de la cicatriz o a la formación de nuevas cicatrices.
 - Brote de herpes simple. Las personas con antecedentes de herpes labial o genital pueden experimentar un brote después del tratamiento con láser en el área afectada. Se suele prescribir medicación antiviral profiláctica.
 - Efectos secundarios oculares. La protección ocular es fundamental para el paciente y el operador, ya que la exposición directa a la luz láser puede causar daño ocular.
 
La laserterapia representa una herramienta valiosa y en constante evolución en el arsenal terapéutico para el manejo de las cicatrices. Su capacidad para remodelar el colágeno, reducir la vascularización y mejorar la textura de la piel la convierte en una opción eficaz para una amplia gama de tipos de cicatrices. Sin embargo, es crucial comprender que no es una cura milagrosa y, que los resultados pueden variar. La clave del éxito radica en una evaluación exhaustiva por parte de un especialista experimentado, una selección adecuada del tipo de láser y los parámetros de tratamiento, así como un estricto cumplimiento de los cuidados post-tratamiento por parte del paciente.
Fuentes:
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